otro mundo es posible

Nombre: Pensando el mundo
Ubicación: Chile

lunes, enero 02, 2006

Nuevos tiempos

La vengeance silencieuse (La revancha silenciosa)
La Nación
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Roberto Amaro
El ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago Carlos Cerda ha sido propuesto al Senado por el Presidente Ricardo Lagos como nuevo miembro de la Corte Suprema. De esta forma, el Mandatario comienza a escribir los primeros capítulos de una revancha largamente esperada por el magistrado que en los ’80 tuvo la osadía de investigar y descubrir la siniestra existencia del llamado “Comando Conjunto” y procesar a 40 de sus agentes, incluyendo al ex comandante en jefe de la FACH, Gustavo Leigh. Lagos aprovechó un oportunidad histórica, por primera vez el nombre de Cerda aparecía -en el último lugar de la quina- como una propuesta de la Corte Suprema. Se trata de un fruto de los profundos cambios que ha vivido el máximo tribunal en los gobiernos democráticos, acelerados durante la actual administración.
Por años Cerda estuvo convencido de que su consecuencia jurídica, tal como lo hizo José Cánovas Robles en el caso degollados o Juan Guzmán en los procesos contra Pinochet más recientemente, le había cerrado totalmente la posibilidad de un ascenso. Pero lo tiempos cambian y las oportunidades para la revancha pueden llegar sin aviso. Recién el miércoles pude calibrar que además de hacer un acto de justicia con el magistrado Cerda, el Presidente Lagos había lanzado una estocada al corazón de la derecha dura y criminal, al leer la columna de Hermógenes Pérez de Arce en “El Mercurio”. Si bien siempre sus columnas destilan un odio trasnochado esta parece haber sido especial: Lagos le había hecho touché en el corazón, el mismo que no vive contradicciones cuando se alinea con la defensa de los criminales más horrendos y los ladrones más descarados de la dictadura, por cierto entre ellos Pinochet, o cuando anuncia que votará por Sebastián Piñera el próximo 15 de enero.
En algo no se equivoca Pérez de Arce, y es que Cerda es un favorito de los que por años han defendido y promovido la defensa de los derechos humanos en Chile, no por ser amigo sino por ser correcto y justo, porque fue uno de los primeros en no aplicar la amnistía o la prescripción a una caso de derechos humanos, lo que le significó que la Corte Suprema -por órdenes de Pinochet, así eran las cosas antes- lo suspendiera por dos meses, castigo que siempre le significaría quedar relegado para un ascenso. Ya en 1990 estuvo cerca de ser expulsado del Poder Judicial por negarse a dictar el “cúmplase” en el mismo caso, pero una apelación a sus superiores le permitió vivir una nueva suspensión temporal.
Cerda supo todos estos años esperar su momento sin hacer concesiones en los casos que le tocó ver, aunque en su fuero interior pensaba que la jubilación sería más rápida en llegar que el merecido ascenso. Cerda fue el quinto de la quina, quien presentaba la menor calificación (en todo caso muy alta para el conjunto de los ministros del tribunal de alzada), pero el Jefe de Estado -porque en esa calidad hace la propuesta- no puede farrearse la oportunidad de enviar un mensaje al futuro en este tipo de decisiones y este mensaje parece ser muy semejante al “nunca más” del general Juan Emilio Cheyre; el Poder Judicial jamás será ciego, sordo y mudo a las injusticias, nunca más los más altos representantes de la justicia en Chile serán cómplices de crímenes de lesa humanidad, serán rectos y probos, serán dignos jueces de la república, capaces de reconocer que sus antecesores de hace 30 ó 20 años, a quienes debe extrañar mucho Pérez de Arce, fueron un pesado baldón para la reputación de la judicatura.
La propuesta de Cerda es una señal clara de los nuevos tiempos, ya que ocho ministros de la Suprema lo consideraron. Si no hubiese sido Lagos, es seguro que en las quinas que recibirá la próxima Presidenta su nombre volviera a aparecer. Por ello no se trata de una jugada electoral, aunque siempre será bueno probar cuán democrática ha logrado ser la derecha en estos años. Es bueno ver qué capacidad de liderazgo tiene Piñera sobre sus parlamentarios, en este caso senadores, aunque en lo relativo al sistema binominal debió obedecer lo dictaminado por la UDI. Es bueno ver a la derecha incomodarse porque es buena señal de cómo actuaría en un hipotético Gobierno de ese sector. Pero todo esto es añadidura, la consecuencia lógica de un profundo acto reparatorio del Presidente con la historia de la justicia chilena. Para Cerda, es el comienzo de su revancha silenciosa.